Ninguna instrucción o autorización de una parte o su abogado para el márshal, respecto de la ejecución de una diligencia o devolución de la misma, o de cualquier acto u omisión relativo a aquélla, es bastante para relevar o excusar al márshal de responsabilidad por negligencia o mala conducta, a menos que aquélla haya sido dada por escrito, y esté firmada por el abogado de la parte o por la parte misma, si no tuviese abogado.